Aldo Torrecilla

Archive for the ‘los angeles’ Category

Flash Forward: Habemus exitazo

In eeuu, los angeles, series, televisión on 3 octubre 2009 at 9:52 am
¿Qué pasará dentro de 6 meses?

¿Qué pasará dentro de 6 meses?

Ahora sí, 80 minutos más tarde, el riesgo de meter la pata hasta el fondo debe haber disminuido cual vago recuerdo. Un piloto y un segundo episodio después, Flash Forward se merece toda mi atención y consideración. Lo ha conseguido, y en materia de series recientes made in USA, no es la primera ni será la última vez. Considerando que la pasada semana tocó sobredosis de locura Tarantiniana, el partido entre el cine y las series va ahora empatado a un gol en el recién estrenado octubre. Lee el resto de esta entrada »

Morir en vida; vivir muerto

In actualidad, arte, california, danza, eeuu, españa, fallecimiento, funeral, General, homenaje, los angeles, Música, michael jackson, muerte, staples center, televisión on 8 julio 2009 at 4:54 am
El cementerio Forest Lawn de Los Angeles, ubicado en las colinas de Hollywood. /REUTERS

El cementerio Forest Lawn de Los Angeles, ubicado en las colinas de Hollywood. /REUTERS

Mariah Carey, Stevie Wonder y Jennifer Hudson, con su potente voz. Todos estaban en el Staples Center de Los Angeles, cantando al rey muerto. Y él, toneladas de vatios a su alrededor, no escuchó nada.

Ya era demasiado tarde, otro homenaje póstumo, y eso que no son los compadres norteamericanos (tampoco otros, como nuestros vecinos franceses) muy de olvidar a los más grandes entre los suyos; todo lo contrario, los ensalzan hasta la delgada línea roja que separa al mito del ‘petardo’. Es éste un prisma que dista mucho del nuestro, tan cañí, que prefiere destrozarlos -deportistas aparte, claro está- antes que elogiar sus virtudes. La envidia, esa insana costumbre.

A pesar de que la tragedia para la música popular llegara esta vez en el estado dorado de California y no en la piel de toro, el resultado ha sido el mismo. Michael Jackson se ha ido para siempre, y se ha perdido el espectáculo que más le hubiera emocionado, aquel en el que sus familiares, amigos y hordas de seguidores, contados por millones en todo el planeta, le entregaban eternamente sus reconocimientos y memorias, a cambio de haber recibido durante 40 años las cuerdas vocales de ‘Jacko’, con lo que eso supone.

El acto ha sido espectacular, como no podía ser de otra forma. Una auténtica barbaridad ‘made in U.S.A.’, un concierto de altura en la pista de los Lakers, equipo homenajeado como todo (deportista, ya saben) campeón se merece. Por cierto, Kobe Bryant  y ‘Magic’ Johnson estaban en el pabellón angelino, pero por una vez nadie se fijó en ellos. Eran Paris Jackson, hija del cantante, y la actriz Brooke Shields, amiga de infancia, los auténticos centros de atención. Seguramente dos de las personas que más homenajes le habrán hecho en vida a Jackson, de las 17.500 que se congregaron en el Staples.

Capítulo aparte: cabe preguntarse que habría pasado aquí, en nuestra querida tierra, a tan póstumo y reparador título. Con los antecedentes que tenemos, no debería haber muchas dudas. Los aficionados al fallecido agotarían la producción de tapones auditivos, para no escuchar sandeces. El hecho de que Jackson muriera quedaría, desde el mismo instante de su parada cardiorrespiratoria, relegado a un tercer, o un cuarto plano. Cientos de colaboradores, mamarrachos y ‘opinatodos’ saturarían las televisiones en su claro objetivo de protagonizar la próxima temporada de ‘C.S.I.’, sacar todos los trapos sucios habidos y por haber, y especular sobre su presente, pasado y futuro. Menos mal que las dos ‘W’ más codiciadas del periodismo, las del ¿cómo? y el ¿por qué?, quedarían siempre a buen recaudo de sus afilados dientes.

En todo caso, nacionalidades al margen, Michael es otro de muchos a los que el homenaje les llega tarde. Desde hoy mismo tendríamos que ponernos manos a la obra, coger a nuestros ídolos, y devolverles una mínima parte de lo que nos hayan entregado. Estén tranquilos, no tienen por qué ser famosos más allá de su entorno. Una madre, o un padre pueden y suelen servir; hace poco, uno de mi más sinceros amigos, consiguió reunir a familiares y amigos para rendir tributo a su progenitora, una madraza a la que la vida no siempre ha sonreído y que no pasará todavía de las 55 primaveras. Ella lloró como nunca lo había hecho, según tengo entendido.

Hasta aquí mi respeto. Tarde, claro, para predicar con el no-ejemplo.